Cuando en las mañanas
tus pies descalzos pisan el prado
despliegan en el día
cortinas de sol y eternidad.
Luego bailarás para mí,
y sonarán los cascabeles
de la ajorca que adorna tu tobillo;
darás de beber a los terneros
y colarás el sol del mediodía
convertido en canto,
en lamento,
en carcajada
mientras llenas la tarde de sordinas
y bebes todos los dolores
y los transformas con tu sangre
en peces azules, melancólicos
que ofrecen en sus carnes
una porción de eternidad.
En el crepúsculo tu descalcez se aleja
y dejas huellas en la tierra húmeda,
en mi esternón rampante
y en cada uno de mis órganos.
Mi corazón
amasará un pájaro y un pan
para tu vuelta.
De PODER DESCALZO- Blog de poemas
GOCHO VERSOLARI
En el crepúsculo tu descalcez se aleja
