Escribo desde las primeras brumas que desfilan delante de mis ojos como un humo tenue, invisible...
Bebo el sol
Bebo el sol
de un vaso abandonado en los orinales del sur.
Lo bebo.
Lo bebo.
Sus brillos me cosquillean el esófago.
y atraviesan las argollas de mi espíritu,
las iniquidades de mi pecho,
y los gatos que aspiran inundar mis venas
con aluviones de uñas y misterios.
Desde el vaso abandonado
en los oscuros orinales del sur,
saltarín y bebestible sol
mezclado con los pulcros silencios
que deja el pan en las bocas de los muertos
Vuelco el sol y lo bebo
en tu zapato azul;
ahora atraviesa mi garganta,
tiembla en la caligrafía de mi carne
y retiene las mudas voces y los mudos cantos
atragantados en el inicio de la vida.
Bebo el sol
mientras un hombre ceniciento y sin hogar,
construye la Torre de Babel
en las estrellas.
GOCHO VERSOLARI
Bebo el sol