Variaciones sobre tu no ser
Las suaves linternas del no tiempo
me alumbran en picado
dejando planchas de miga,
rastros de caracol
que devoraré al borde de la Estigia
cuando mi no cuerpo requiera
azules proteínas
y el silencio no baste
para enjugar las lágrimas.
No llegas.
Aun así, veo tus pies
desnudos, blancos sobre el barro;
tus pies con vocación de loto,
con afán de buitres que alcancen con sus picos
los horizontes escondidos.
Entonces disfruto de tu no presencia,
de tus cabellos que no rozan mi rostro,
de tu no perfume que flota y que no flota;
entonces disfruto de tu no marcharte
aunque ya no estés.
Las suaves linternas del no tiempo
se apagan una a una
y un cocodrilo
pequeño,
nocturnal
se adentra en mi sangre, en lo profundo,
gozando tus paisajes apagados,
tu luz en medio de la sombra;
tu regreso
entre los bloques insondables
del silencio y del pan.