Los suburbios del día
En las lámparas de los suburbios del día
las cenizas reemplazan al aceite
y los soplos eléctricos
a la tibieza de la carne.
En los suburbios del día,
hundido en el cemento.
Me basta levantar la cabeza
y ver las luces lejanas como pájaros básicos
hender las heladas auroras
y atravesar el silencio de diciembre
Es en los suburbios del día
donde el barro se cansó de sí mismo
y la felicidad se encuentra
bajo siete capas de obsidiana.
En los suburbios del día,
Llueven cabezas de niños decapitados
y en el frío crepúsculo
me persigue una luna con fauces
que busca devorarme.
Alguien mastica mis tardes una a una,
y cuando llegan las doce
tan sólo queda de mí un peregrino
que persigue descalzo
las estrellas.
A los suburbios del día
llegarás descalza:
tus plantas
alumbrando las profundidades
reviviendo dioses azules
y demonios alados
mientras los buitres del silencio
elevan auroras y destinos
en la explosión del sol.
Los suburbios del día