Elegía de los insectos del dolor
Todos los atardeceres de mi vida
extraños insectos volaron sin alas
hacia mi desayuno,
hacia mi almuerzo,
hacia el pan flautista
que entonaba a Schumann
desde su azul corteza,
desde el veneno tibio
de los amaneceres de mi infancia.
En esta tarde
regresan los insectos,
tremendamente tristes,
capaces de ahogar baobabs, ballenas
en sus océanos de melancolía.
Ellos me inocularon
el dolor delicioso que mantiene
la tensión de mis venas.
Desde niño me hablaron
del silencio que cuaja en tu llegada:
descalza,
con el vestido rojo,
con prisa,
despeinada;
y ese repetido gesto
de apartar tus cabellos
y pedir que me convierta en monstruo
para bailar un tango
y así espantar a los coleópteros
que revolotean nuestro dolor
en las acequias.
Pondrás tus pies desnudos en mis garras
y convocarás pájaros,
fantasmas alegres,
orates neutrinos,
y la tristeza se retorcerá
hasta escurrirse por las cloacas
blandiendo medallas militares,
rojos podridos,
buitres de sal
y un tallarín.
De OBRA POÉTICA DE GOCHO VERSOLARI - Blog de poemas
GOCHO VERSOLARI