Duma da Dum
Duma da dum
dices y los jeroglíficos se vuelven pájaros
y duman y duman
da dum.
En este hecho de vivir,
cuántos cadáveres caen como lluvia
desde el centro del sol
Du
Ma
Da
Dum
repites mientras cacarea la tarde
desafiante,
entre pendones y rostros de guerreros.
Da da di
Da da do
Da da du
Llueve mientras el silencio se concentra en un trozo de nube
y los aguaceros se retiran a un punto del cuarto
desde donde me miras descalza,
con los milenios colgando de tu espalda
y en cada amor que nos recorre
la vejez gana una medalla
y una mano huesuda, achicharrada
nos va tejiendo
desde el futuro
donde dadim dadam dadom
suena el balón
de los milenios
de los instantes
y en el tiempo remoto, indefinido
encontramos el punto reptilínio
que olvidara la estrella
dentro de la poceta de porcelana; que olvidara,
en el último rincón del jardín
donde se abalanzan las lluvias de mañana
y trepa el sol.
Duma da dum