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Caminaste descalza sobre la nueva hierba

 





 

 

Súbitamente 

el cielo arrojó sus esferas de vidrio,

y al estrellarlas contra la tarde

precipitó aluviones

 de sapos y de ángeles.

 

En una pausa

llegaste con tu vestido rojo, 

tus pies descalzos, 

y  tu silueta,

cargada de torbellinos y de siestas. 

 

 

El cielo se detuvo un momento;

presintiendo un final,

te tomé de la mano y te conduje a la caverna,

 que separaba mundos,

que aniquilaba tardes 

que bebía miradas. 

 

El cielo en tanto 

seguía arrojando orquestas, 

panes

y carnes putrefactas. 

Aluviones de ennegrecidos sueños

cubrieron el mundo,

El cielo tan sólo respetaba

las huellas de tus pies desnudos

grabadas en un desfiladero. 

 

 

 

Vendavales cósmicos, 

silencios de sangre, 

bramidos de bestias;

arrecifes con ojos.

En la caverna,

tomamos hongos, humedades

y cocinamos sueños,

jugosos y salados. 

 

 

El tigre de la primavera

rugió una mañana desde el sol.

Caminaste descalza sobre la nueva hierba.

Subiste a la cornisa del crepúsculo

y recogiste los brotes florecidos

en las primeras derivas de la noche. 

 

 

Desde entonces

somos los habitantes de los prados, 

con cuerpos de arroyos, 

 pies de melopeas.

 Con sueños de iguanas

y pieles de guanaco. 

 

Cuando llega la luna

siguen brillando las huellas de tus pies

sobre la vida. 

 

 

 

 

De PODER DESCALZO - Blog de poemas

 

GOCHO VERSOLARI 

 

Caminaste descalza sobre la nueva hierba
09/06/2024
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